Desde entonces, he tenido la suerte de vivir y trabajar en distintas ciudades de España, como Badajoz y Madrid, hasta volver a mis raíces en Córdoba, donde resido actualmente junto a mi familia. Hoy combino mi pasión por la fotografía, mi amor por el carnaval y, sobre todo, la felicidad de compartir la vida con mi mujer y mi hijo, que es la mayor alegría de la casa.

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Qué me hace diferente

Para mí, la fotografía de bodas no es solo un trabajo: es capturar la historia real de cada pareja tal y como sucede, sin artificios ni poses forzadas. Mi estilo combina lo documental y lo editorial, buscando siempre la naturalidad y la emoción verdadera en cada imagen.

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Me involucro al máximo en cada boda, porque sé lo importante que es ese día. Me gusta pasar desapercibido, moverme sin interrumpir, pero estar siempre atento para no perder ningún momento único.

Además, cuento con un equipo de profesionales del sector audiovisual que comparten mi misma visión y compromiso. Juntos formamos un equipo sólido, capaz de cubrir cada detalle con mimo y ofrecer un servicio cercano, personalizado y de calidad.

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Lo que me diferencia no es solo la experiencia y la técnica, sino la forma de contar cada historia con pasión, cercanía y respeto. Cada pareja es única y merece un reportaje igual de único.